6/09/2005

Crónicas de Estupidez y Cultura Ver. 2.0

No soy de los mejores, tampoco de los peores, pero siempre he sido esquivo en regalar flores a las mujeres. No es que las odie, más bien tiene que ver con asuntos relacionados a lo estrictamente personal… Ellas las aman, lo sé, y es una muy buena técnica al intentar quedar como rey después de pegarse una noche de parranda y sandungueo que, obviamente, las hace querer asesinarte por las altas horas a las que acostumbramos llegar sumados al tóxico olor a alcohol y bragas que parecieran llevar mas de una semana de uso continuo.

Estrictamente personal, sí, ¿y por qué se los digo?, Porque la primera vez que las regalé me las restregaron en la cara cual torta de exótico sabor en el cumpleaños de uno de tus más idiotas amigos… Bella y muy guarra era aquella Tailandesilla que cometió tal aberración; Lástima por mí que quería seguir disfrutando de su Tantra magnífico y celestial… “Orquídeas”, frondoso y aromático ramo de Orquídeas era el que le llevaba, que por cierto se dan en grandes cantidades aquí en Tailandia, con decirles que somos el país que lleva la batuta en las exportaciones mundiales seguido de Colombia, Panamá y Singapur; Todo un logro para nuestro mermado comercio internacional.

¿Cómo?, ¿el cuchillo?, ¡¡Ahh!! Ya sé a lo que se refieren; Aquella situación en el camino antes de la avenida principal, jajaja, pues resultó ser un turista Estadounidense que quería cambiármelo por algo de droga para satisfacer sus mas oscuros deseos de superioridad. Por supuesto no llegamos a concretar negocio alguno ya que, a pesar de la pinta de “Narco” que me gasto, no tengo la más mínima idea de lo que son esas especias mundanas, a pesar de que es cierto que en 1976 éramos uno de los centros de tráfico de opio a su país natal, asunto que está totalmente superado.

http://www.redvoltaire.net/article4434.html

Segunda Prueba en Terreno

Hoy me encuentro en “Bangkok” para entrevistarme con alguien, que según mi jefe, me conseguirá un trabajito considerablemente mejor al que poseo actualmente.

Paseo por las calles y veo que está bastante cambiada en comparación a la última vez que vine; si no me equivoco, la señora que está vendiendo sopaipillas y calzones rotos a la bajada de la lancha no tenía ese olor a vertedero que hace imposible el comprar uno de sus productos sin sentir unas ganas tremendas de darle un baño con cloro y aprovechar para afeitar esa barba estilo “ZZ Top” que luce orgullosa.

¡¡A ver!! Ella no es como el resto de las turistas…Es tan hermosa y pulcra… Tan increíblemente excitante…¡¡No puede ser!! Es posible que sea......

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